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 DESDE BROADWAY CON AMOR por Diego Rebollo 

 

“Spring Awakening: Sensación de Vivir”.

Al plantearme cual sería el próximo musical al que acudir he de decir que me dejé guiar por el boca a boca y por las increíbles reseñas que abundan sobre “Spring Awakening”. Cuando lees comentarios como “Una vez cada generación llega un musical que lo cambia todo”, “Broadway no volverá a ser el mismo”, “El mejor nuevo musical desde Rent” o “Un milagro que debe ser visto” no puedes dejar de hacerte preguntas como “¿Será cierto?”, “¿Estaré a punto de contemplar una obra maestra?”,  “¿Cumplirá las expectativas?”, y la más importante…

“¡¿Cómo diablos voy a conseguir comprar una entrada para un viernes por la noche?!”

Como imaginaba, siendo el musical del que todo el mundo habla, estaba sold out (lleno total) pero no cundió el pánico ni decidí gastarme todo mi sueldo en un Premium ticket (por el módico precio de 251,50 dólares) y vivir a base de arroz el resto del mes. Ya conozco varios modos de conseguir entradas a precios más asequibles y a veces son válidos incluso cuando el teatro está a tope. Mi empatía con los fans de los musicales con pocos recursos es tal que no pretendo guardarme estos secretos para mí sólo y procedo a compartirlos con todos vosotros.

Estoy seguro que esta pequeña guía de cómo comprar tickets en Nueva York os será de ayuda en próximos viajes a la Gran Manzana.

Estas son las diferentes alternativas (sin contar con ofertas puntuales que pueda haber en determinadas ocasiones):

 

1.TKTS 

El método más popular entre los miles de turistas que llegan a la ciudad y del que seguro que habéis oído hablar, y con dos puntos de venta, en Times Square y otro Downtown. Hay que ser muy precavido con lo que se compra por este medio porque muchas veces sus descuentos no son tanto e intentan dar gato por liebre al turista. Es perfecto cuando se dispone de dinero y se quiere tener la seguridad de que vas a poder disfrutar de un sitio relativamente bueno y que vas a poder ver la representación cómodamente sentado. Tened en cuenta que muchas veces ofrecen el 50% de descuento en las entradas pero la pregunta clave es “¿El 50% sobre qué?”. Sobre el precio completo de la entrada de mayor categoría, así que si la mayoría de tickets completos suelen costar alrededor de 110-120 dólares es difícil que en TKTS vayáis a conseguir algo más barato que 55 ó 60 dólares. Y estad bien atentos porque a mí me ofrecían una entrada con un supuesto descuento para “Spamalot” y era exactamente el mismo precio que me pedían en el box office (taquilla). A veces a última hora sacan entradas para turistas despistados que realmente no llevan ningún tipo de descuento. Además contar que difícilmente vais a encontrar en este medio ofertas para los grandes montajes populares como “Wicked”, “The Lion King” o “Spring Awakening”.

 

2.Student Rush

El mejor método si contáis con un carnet de estudiante. Son ciertas entradas q venden a primera hora, entre 10 y 20 dependiendo del teatro a precios que rondan los 20-30 dólares (a veces está bien seguir siendo estudiante a mi edad). Si vais días de menos agobio puede ser que aún queden este tipo de entradas incluso minutos antes de empezar la representación.

 

3.Standing Room

Tickets para ver la obra de pie que cualquiera puede comprar, con un costo también entre 20-30 dólares. El único problema es que sólo se venden cuando la representación está sold out. Ideal si no estáis demasiado cansados y no os importa ver la obra de pie (¡son benévolos, te dejan recostarte en una especie de reposabrazos en el que está marcado tu número de ticket!). Un consejo: es raro q una obra tenga el 100% de los asientos ocupados, siempre hay alguien que en el último momento no viene así que casi con total seguridad en el segundo acto podréis sentaros.

 

4.Lottery

Lotería de tickets que se celebra un par de horas antes de la función. Te apuntas a una lista, meten tu papeleta en un bombo, se realiza el sorteo, y a 10-20 personas les toca entradas buenas por 20-25 dólares (si en el Gordo de Navidad no eres afortunado quizás sea hora de probar con esto). Está muy bien pero sólo lo recomiendo cuando estás sin nada q hacer y puedes estar esperando todo el proceso y cuando confías en la diosa fortuna.

 

5.Volunteer

Hay veces que puedes trabajar como voluntario de acomodador en el teatro para una función en concreto y de ese modo podrás ver la obra gratis. Recomendable si tenéis dominio del inglés y vais a pasar una temporada más larga en la ciudad.

De todos modos. No todos los teatros tienen todas las opciones así que os recomiendo que os metáis en playbill.com o en la propias webs de cada musical para comprobar las ofertas con las que cuentan.

Para “Spring Awakening” la única opción era el Standing Room, disponían de esta oferta, y efectivamente, estaba sold out.  Así que pasé a reclinarme en el comodísimo reposabrazos que me correspondía y a prepararme para ver qué me encontraría en este musical (he de decir que en el segundo acto ocupé un asiento que estaba vacío y me senté en una buenísima localidad de la orchestra -patio de butacas-).

 

¿Cumplió las expectativas generadas? Sí, rotundamente sí. Es un musical fresco, innovador, con un cast (elenco) impresionante y una energía que te electriza de principio a fin. Comprendo a los críticos que lo consideran un antes y un después y lo más innovador desde Rent. No sé si habrá un antes y un después (ésta es una frase tan manida que puede ser que los mismos críticos la vuelvan a utilizar dentro de dos meses para el próximo estreno), pero está claro que es algo especial y no muy común de ver en Broadway.

Para empezar creo que el gran peso de la obra cae en el tremendo elenco con el que cuenta, todos adolescentes o en no más de sus ventipocos. ¿Hace cuanto tiempo que una obra de Broadway no confía en un elenco tan joven? Y con esto no me estoy refiriendo a que joven sea igual a mejor, más bien con joven quiero decir desconocido en el medio. Es asombroso leer el Playbill de la obra (pequeña revistita con artículos sobre Broadway y todos los datos de la producción en cuestión) y comprobar que la mayoría de ellos no tenían prácticamente ninguna experiencia en montajes profesionales. Es difícil creerlo, porque precisamente si hay algo que derrochan es profesionalidad y entrega. Desde los protagonistas (especial mención a John Gallagher Jr. como Moritz, ganador del Tony al mejor actor de reparto y a Jonathan B. Wright, Hanschen, que con un papel secundario se come el escenario cada vez que aparece en escena) hasta los swings (en esta función hay Stage Seats, literalmente te sientas en sillas en el escenario, así que los swings, vestidos de calle, comparten asiento con los espectadores).

El otro gran acierto y sobre el que creo que recae también el éxito de la obra es la propia concepción escénica. La escenografía es siempre la misma, con cambios muy puntuales (un columpio para una de las escenas claves) pero es precisamente esto lo que la hace tan especial. Sólo cuentan con paredes de ladrillo con diversos cuadros colgados y la iluminación (espectacular en algunos números corales), pero con ello crean múltiples ambientes (colegio, casas, parques…) sin necesidad de absolutamente nada más. Y es verdad que no se echa de menos. Además, aunque la obra está ubicada en la Alemania de finales del siglo XIX perfectamente podría estarlo en la actualidad porque la aproximación que han hecho al texto es absolutamente actual, dándole un aire pop rock y de epopeya juvenil. Cuando llegan los números musicales el elenco saca los micrófonos que tenían ocultos en su ropa y pasan a actuar como si de un concierto se tratara. La tremenda calidad del sonido, la energía de los intérpretes y  las coloridas luces hacen que no sea difícil imaginar que estás en uno de ellos. Creo que es uno de los secretos del musical, que han sabido coger una historia de corte clásico y la han actualizado a los gustos actuales sin que por ello sufra de anacronismo ninguno.

El argumento (basado en una obra de 1891 de Frank Wedekind  que por su contenido transgresor tuvo muchos problemas para estrenarse en su época) es algo complejo y nada liviano ya que, aunque lo principal del mismo (chico conoce a chica y descubren el amor) parece sencillo no lo es tanto. Hay mucho que descubrir entre líneas sobre el significado de ser joven, el descubrimiento de la sexualidad, el paso a la madurez, modos educativos… Un texto estupendo que conserva toda su vigencia hoy en día ya que trata temas intrínsecos al propio desarrollo del ser humano. Eso sí, para seguir adecuadamente la obra es recomendable un buen nivel de inglés ya que hay muchos diálogos muy rápidos y la acción se basa en el texto, no hay ni escenografía ni florituras que te ayuden a comprenderlo mejor.

Todo el equipo creativo ha hecho un trabajo excepcional. Duncan Sheik (música) ha creado una partitura excelente con una canciones de rabiosa actualidad (algunas como “The Bitch of Living” o “Totally Fucked” podrían sonar perfectamente en cualquier radio fórmula llegando al número 1). Steven Sater (libreto y letras) ha sabido trasladar el mensaje original al lenguaje del musical. Bill T. Jones (coreógrafo) ha creado unas coreografías muy sencillas pero desbordantes de energía (cuando dan patadas contra el escenario las ganas de vivir parecen fluir hacia el patio de butacas). Michael Mayer (director) ha sabido unificar todos estos talentos  y dar una visión de conjunto y una estética muy particular. La suya propia, única, la de “Spring Awakening”.

No es un musical recomendable para los que quieran ver un gran espectáculo de Broadway al uso con todo lo que eso conlleva pero merece la pena verla aún en ese caso. La fuerza y las ganas de vivir se contagian desde la primera nota. El tiempo dirá si se convierte en un clásico pero ahora mismo es innegable afirmar que es uno de los mayores éxitos de Broadway.

Lo mejor: El elenco, principiante pero que se entrega en escena. Atentos a sus nombres, son la nueva generación y muchos van a triunfar.

Lo peor: Si no dominas el inglés te perderás muchos detalles.

¡Hasta la próxima semana!

Desde Broadway con amor,  Diego Rebollo.

 


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